sábado, 25 de mayo de 2013

A queso gruyere

Una personita camina con las manos en los bolsillos de su pantalón por un pueblo que se encuentra al pie de una montaña. Es detardecita. A cada paso que da, crece y se agranda treinta centimetros. A las seis cuadras ya es un gigante. La personita que ya es una personota, agarra con sus dedos una iglesia barroca y se la come. Tiene gusto a queso gruyere. Ahora ya siente estar más interiorizado con eso de la religión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario