Vos bailás muy bien. Muy gracioso. Con
mucho swing y mucha buena onda. Dale, bailá para nosotros y mové tu
cúcu. El otro empezó a bailar y a mover el cúcu. Y cuando lo movía
tiraba las jarras de jugo de arriba de las mesas. Tiró los
cubiertos, tres sillas, y a una señora entrada en años. Él se
disculpó sonrojado y dijo que siempre le pasaba eso cada vez que
bailaba y lo movía. Pero todos se reían y le decían que no sea
bobo, que no se disculpara ni sintiera pudor. Todos estaban felices
porque él bailaba y movía su cúcu. Y qué bien que lo movía.
sábado, 25 de mayo de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario