Era una casa de tamaño normal. No muy
grande, tampoco chica.
En una mitad de la casa siempre llovía
y en la otra mitad siempre era soleado.
La mitad que llovía tenía problemas
de humedad en las paredes, muchos hongos que descascaraban la pintura
y cuando se dormía en las habitaciónes de esa mitad, se tosía
mucho y te agarrabas asmas en seguida.
En la mitad soleada se secaba la ropa
en seguida y era muy molesto ver la tele por el reflejo del sol.
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