viernes, 7 de agosto de 2009

Roberto Sánchez

Cuarto a media luz. Una estufa prendida. Al cuerpo tirado en el piso le sale sangre por la nariz. También por detrás de la oreja. Se ha pegado un tiro en la sien.
Esto ocurrió un sábado por la madrugada. Era Roberto Sánchez.
Sin ganas de vivir, eso era obvio. Pero, ¿por qué? ¿Qué ocurrió que lo motivo a quitarse la vida de esta manera?
Aquí empieza el misterio. Y nuestra historia…
El tipo era tranquilo, amable. El viernes por la mañana había dejado a su hija en la escuela pública número 187, ubicada en Francisco solano lópez y Ellauri. Luego, se había detenido en un bar de buena fama a beber su café. Digo su café porque era de costumbre en él beber este café en ese bar. Su café matinal podría yo decirles también. Su café de costumbre. Su café.
A las 9:43am Roberto se retira del bar y sube a su coche. Prende la radio. No sabemos que emisora escucha, o si introduce un CD, pero sabemos que algo escucha mientras conduce por la rambla rumbo a su trabajo. Digo su trabajo porque era de costumbre en él trabajar en ese lugar. Su trabajo usual. Su trabajo diario. Su trabajo.
Al entrar en el edificio Roberto sale del ascensor y se dirige a su escritorio. Digo su escritorio porque era de costumbre en él sentarse en ese escritorio. Su escritorio matinal, de costumbre. Su escritorio diario. Su escritorio.
Enciende la computadora y entra a una página de Internet. No sabemos bien a cual. Pero sabemos que entra a una página. De noticias, de economía, de fútbol o de mujeres desnudas… Pero a una página entra.
Así prosigue su día, todos los días, hasta las seis o siete de la tarde dependiendo de la cantidad de trabajo. Y así ese día como todos los otros días de su vida.
Roberto tiene 34 años. Vive solo. Tiene una hija a la cual ama más que a nada en el mundo. Roberto gusta mucho de la música de Bach y de la lectura en general.
Roberto se pegó un tiro en la sien ese Sábado a las 2:24am.

No hay comentarios:

Publicar un comentario