miércoles, 12 de agosto de 2009

Yo ahí

Yo ahí. Siempre ahí.
No soy feo pero nunca fui un ganador.
Jugando al basquetbol no era un base goleador. Pero daba buenos pases.
Yo ahí. Siempre ahí.
Soy como un Drexler antes del Oscar. En realidad, si yo fuera un Drexler ni siquiera sería Jorge. Sería el hermano menor de Jorge que también es músico pero que nadie conoce. A propósito, se llama Daniel y no es ni la mitad de bueno de lo que es Jorge. Aunque hay muchos perdedores que se dignan a compararlos, yo se que estan equivocados. Yo acá los comparo porque igual no tengo nada que perder. Porque justamente soy un perdedor igual a todos esos que andan comparando a los Drexlerers porque no tienen nada mejor que hacer. Y yo tampoco tengo nada que hacer. Igual, aunque tampoco tenga nada que hacer, no quiero seguir comparándome con Daniel Drexlererersss que ese sí que es un perdedor.
Yo ahí. Siempre ahí.
No se jugar al futbol, pero no soy un tronco.
No soy un lumpen pero tampoco un intelectual. Tengo buen oído pero no se cantar. ¡¡¡Aro aro aro!!! ¡Pare la escritura! Que acá quiero quebrar una lanza por mí, y decir que eso de que tengo buen oído no lo digo yo… No señor, lo dice Sarita Sabah loco, que esa si que es una fe-no-me-na y no una perdedora como Damián Drexlerer que ese si que es un perdedor.
Yo ahí. Siempre ahí.
Salgo en una murga tocando el redoblante y me gustaría cantar. No se bailar, pero unos pasos te tiro...
Yo ahí. Siempre ahí.
Tengo miedos tan bobos que no valen la pena de ser contados. Ni miedo al hambre ni miedo a la muerte. Inseguridades mediocres nomás…
Yo ahí. Siempre ahí.
Y ahora acá cuando me gustaría estar ahí.
Yo ahí. Siempre ahí.
Eso si, al ping-pong juego bien. De hecho, juego muy bien. Por ahí… Quien te dice…

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